Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
No podemos equivocarnos otra vez en el 2026 al elegir presidente y Congreso; que sean los mejores.
Por Johel Moreno S. - opinion@elcolombiano.com.co
No obstante estar situada Colombia en una posición geoestratégica privilegiada, disponer de recursos de todo orden, son pobres los indicadores de crecimiento económico, prosperidad, bienestar social, etc., porque continuamos rezagados y bien lejos de recuperarnos, a menos que, elijamos buenos gobernantes; pues hace siete décadas exhibíamos un PIB per cápita superior al de los “tigres asiáticos”.
Y la responsabilidad radica en ciertos ciudadanos que eligen Congresos y presidentes que no han dado la talla, ni ejercido autoridad contra esas hordas de criminales que hoy se pavonean por el Congreso y el país; grupos delincuenciales autocalificados de EMC (estado mayor central); un pesado lastre que nos ha mantenido sin la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los colombianos; una violencia que nos ha condenado al desasosiego y a ocupar el deshonroso lugar de ser el primer productor de coca del mundo..., qué desgracia.
En otro país civilizado no pasarían de ser unas organizaciones criminales a quienes la ley las habría sometido, llamándoles por su nombre: cuadrillas de bandoleros armados, asesinos, secuestradores, extorsionistas... que al elegir el crimen como su forma de vida, no se le pueden otorgar privilegios sino aplicarles el peso de la ley y de la Constitución.
Como lo hizo Fujimori en Perú, cuando en 1992 puso tras las rejas a Abimael Guzmán, cabecilla de la organización terrorista Sendero Luminoso, y logró un clima de seguridad, abrió recientemente las puertas al sudeste asiático con un puerto de aguas profundas en Chancay y hoy exhibe un PIB per cápita de USD8.650; mientras el nuestro es USD7.948.
Singapur es otro ejemplo: un centro naviero del Asia por cuyo puerto pasan cerca de 400 líneas, se interconecta con más de 700 puertos del mundo y hoy, después de Londres, New York y Hong Kong, es el cuarto nodo financiero más importante con un PIB per cápita de USD132.570.
Lograr ese nivel de bienestar y progreso no fue gratuito, sino merced a una hoja de ruta basada en la educación (hablan 4 idiomas), iniciado desde su independencia en 1965, cuando bajo la conducción del primer ministro Lee Kwan Yew, eliminó el partido comunista malayo, adoptó estrategias de desarrollo económico con dos leyes claves: prevención de la corrupción y la que castiga con pena de muerte el narcotráfico.
Mientras nosotros, tras la elección del exitoso proyecto político de Uribe, quien en sus dos períodos de gobierno recuperó la economía e impuso con mano firme, el orden, la autoridad y recuperó la institucionalidad; pero confiados en que Santos lo continuaría, nos traicionó con la imposición de ese farragoso acuerdo de paz para las Farc, al que el país le dijo no. Y la horrible noche continúa porque le siguió el gobierno Duque; un débil mandato a quien Petro le amenazó con la denominada primera línea; quien señalado de ser un oscuro personaje que perteneció al grupo delincuencial que hace 40 años se tomó el Palacio de Justicia, fue elegido en 2022 como presidente bajo la promesa de una “paz total” y de un cambio que nunca llegó.
No podemos equivocarnos otra vez en el 2026 al elegir presidente y Congreso; que sean los mejores y se ocupen de los grandes temas nacionales y aprueben la hoja de ruta que nos permita recuperar el tiempo perdido y crecer.