Más de un mes después del atentado que dejó gravemente herido al senador Miguel Uribe Turbay, el caso sigue revelando la complejidad de la estructura criminal detrás del intento de magnicidio. Durante la audiencia de judicialización de Élder José Arteaga, alias El Costeño, señalado como el presunto articulador del ataque, la Fiscalía advirtió sobre nuevos riesgos que amenazan el proceso judicial.
Según el pronunciamiento de la delegada del ente acusador, existe una alerta temprana emitida por la Sección de Análisis Criminal del CTI en Bogotá que advierte posibles intentos por silenciar a testigos clave. En concreto, la Fiscalía indicó que se estaría buscando afectar a las personas ya vinculadas en el caso, para evitar que declaren en contra de otros involucrados.
Los nombres que hoy concentran esta preocupación son Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela, y Carlos Eduardo Mora, quienes permanecen privados de la libertad en el búnker de la Fiscalía.
Ambos figuran entre los primeros capturados por su presunta participación en el atentado ocurrido el pasado 7 de junio en un evento político en el barrio Modelia, en Bogotá.
“Existen elementos de los que se puede inferir que efectivamente se podrían inducir a los otros coimputados o a testigos para declarar falsamente o para que no declararan en este caso, de manera que existe un riesgo de obstrucción a la justicia”, advirtió la fiscal del caso durante la audiencia revelada por Caracol Radio.
En este caso, alias Gabriela, de 19 años, aseguró que conoció a El Costeño varios años atrás para “llevar encargos” bajo la promesa de que ella no se iba a exponer y por eso recibiría plata.
En el caso puntual del atentado, la oferta era que “si (Miguel Uribe) moría, me pagaba diez millones. Si no se moría, me pagaba 600 o 700 mil pesos”, declaró.
El día del atentado, la mujer no solo se habría encargado de conseguir el arma, sino que además se habría encargado de conseguir un “menor suicida” para llevar a cabo el atroz hecho.
En el caso de Carlos Eduardo Mora, el expediente indica que habría tenido una participación directa en la logística del hecho criminal.
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Por ejemplo, dos días antes realizó el reconocimiento previo del lugar donde se llevaría a cabo el ataque. Al día siguiente, el viernes, habría participado en la coordinación logística del plan.
Finalmente, el sábado 7 de junio, estuvo presente en el vehículo desde el cual se le entregó el arma de fuego al menor de 15 años que disparó contra el senador Uribe. En ese mismo automóvil, según el expediente, también se facilitó el cambio de prendas del adolescente para ocultar su identidad y facilitar su fuga tras el atentado.